El presidente Horacio Cartes remitió el lunes al Senado el pedido de acuerdo para designar a la fiscala Sandra Quiñónez como titular del Ministerio Público. Eligió a la menos cuestionada de una terna muy criticada integrada por el actual fiscal general Javier Díaz Verón y la fiscala Victoria Acuña. Su efectiva lucha contra el EPP la convierte en una destacada candidata, pero su nominación ha caído en delicados tiempos electorales por la interna presidencial.
En cualquier designación, ya sea para ministro de Corte Suprema o fiscal general del Estado se deben hacer cálculos políticos e implica una delicada negociación del más alto nivel político. Y aquí radica el mayor de los problemas de la candidatura de Quiñónez: la génesis de la terna.
Como se sabe, el Consejo de la Magistratura planteó las candidaturas en medio de una polémica que rayó el escándalo. Candidatos que participaron del concurso denunciaron la farsa de las audiencias públicas, la manipulación de las notas, etc. A raíz de las sospechas, se les reclamó información pública sobre el armado de la terna y ante la negativa, se los obligó a responder algunas consultas por la coerción judicial.
El Consejo de la Magistratura está en el peor momento con una crisis moral y de credibilidad porque esta vez se pasaron de la raya. La terna fue dibujada totalmente en Mburuvicha Róga y eso, aunque sea un secreto a voces, es inconfesable.
El Poder Ejecutivo tiene derecho a tener candidatos, así como los partidos políticos y los sectores que integran el Consejo (abogados y universidades). La nominación de un fiscal es una acción política pura. Pero eso no significa la imposición grotesca y menos aún de candidatos cuestionados que no generen la mínima esperanza en la ciudadanía.
De hecho, el rechazo a la terna se debe al procedimiento del Consejo de la Magistratura.
Tienen razón los liberales y el Frente Guasu cuando señalan que el origen es el problema central. Así resumió su rechazo el luguismo a la terna y, por ende, a Quiñónez: "No se tuvo en cuenta el pluralismo, que es una cuestión constitucional. Se envió una terna con gente que proviene de un mismo sector político y eso va en contra del pluralismo. Eso rompe el equilibrio de los poderes del Estado. Que haya participación plural, abierta de distintos sectores, no solamente que uno pretenda monopolizar el poder y estar en todos los órganos".
El PLRA también se sumó oficialmente al rechazo. "No rechazamos la figura de Sandra Quiñónez nada más, es una cuestión institucional. La Constitución Nacional señala claramente que el Paraguay adopta para su gobierno la democracia representativa, participativa y pluralista. Sin embargo, hemos notado que la terna se hizo con un criterio plenamente sectario, que choca con ese pluralismo", argumentó el senador Miguel Abdón Saguier.
El PDP también tiene los mismos cuestionamientos. Conformación irregular de las candidaturas, la terna monocolor (solo colorados) que no representa pluralidad, corporativista (solo fiscales) y el secretismo del Consejo de la Magistratura.
La disidencia colorada de Mario Abdo tampoco cuestiona a la elegida de Cartes, pero "este proceso ha tenido vicios insalvables", al decir de Silvio Ovelar.
La poderosa ARP aplaudió la designación y pidió que "el asunto no se ensucie por temas políticos".
EL DIÁLOGO. Cartes es un presidente casi mudo que gobierna indirectamente a través de sus gerentes y aliados políticos. No da la cara, no negocia porque considera que es una debilidad. Quizá tenga razón cuando piensa que dialogar es sinónimo de cuoteo en la política, pero en temas claves debe y necesita hacerlo. Gobernar no es un asunto de quién manda más. Por ello el cabildeo es una herramienta de persuasión.
Además, el presidente tampoco dialoga con su pueblo. No ha explicado por qué eligió a Quiñónez, por cierto, la primera mujer candidata a fiscal general del Estado. Si la gente conociera las razones, tal vez se convertiría en su mejor bancada. A excepción del Frente Guasu, que salió a cuestionarla directamente porque cuando hubo acusaciones por sus supuestos nexos con el EPP, Quiñónez decidió "mirar hacia otro lado", pocos la cuestionan. El mismo Arnaldo Wiens señaló que es una "figura positiva", pero que acatará lo que decida la bancada. O la propia Desirée Masi, quien destacó su trabajo y su coraje.
La única del bloque oficialista que salió a defenderla fue la senadora Lilian Samaniego, porque aquí hubo quienes prefirieron a Díaz Verón.
El Senado tiene un mes de plazo para expedirse. Por ahora, Cartes no tiene la mayoría para imponer a su elegida, pero aún tienen tiempo para revertir el escenario. De hecho, la indecisión es su mejor aliada en este momento. Si hay veto, Cartes será un récord: será el primer presidente al que le rechazan su fiscal general.
Quiñónez no tiene la resistencia que tenían los otros dos candidatos, pero si no es designada por el Senado no será por sus errores, sino porque el presidente de la República y el Consejo de la Magistratura no han comprendido el valor de la pluralidad y la transparencia como ejes esenciales para la convivencia democrática.
Por Estela Ruíz Díaz
Fuente: http://www.ultimahora.com/cartes-el-peor-enemigo-sandra-quinonez-n1113158.html